La Asociación de la Prensa de Cádiz (APC) quiere recordar lo que parece ser una «cosa obvia», pero que muchos […]
La Asociación de la Prensa de Cádiz (APC) quiere recordar lo que parece ser una «cosa obvia», pero que muchos aún olvidan: cuando un periodista está conduciendo un acto, está ejerciendo su profesión como cualquier otro. Al igual que un arquitecto diseña un edificio, un médico atiende a un paciente o un abogado asesora a su cliente, un periodista que se pone frente a un micrófono o una cámara, está realizando un trabajo profesional que, por supuesto, debe ser retribuido. No es un favor, es un oficio.
Y es que resulta inverosímil que en pleno siglo XXI aún haya quienes piensan que los periodistas deben trabajar gratis. Si el personal de limpieza, los técnicos de sonido o los artistas no dudan en exigir su salario por sus servicios, ¿por qué un periodista debería hacer algo sin cobrar por ello? La Asociación de la Prensa de Cádiz no entiende que haya quien dé por hecho que los profesionales de los medios deben hacer un esfuerzo de presentación de actos sin ninguna retribución económica. ¿Por qué el esfuerzo intelectual y la formación de un periodista se subestima de esa manera?
Es cierto que los periodistas, en numerosas ocasiones, se ven atrapados en compromisos por causas benéficas o con las mejores intenciones, participando en actos sin cobrar, movidos por su vocación social. Pero debemos insistir en un punto fundamental: el periodismo es una profesión, como cualquier otra, y debe ser dignificada. No se puede perpetuar la idea de que los periodistas deben estar disponibles de forma gratuita para cualquier acto o evento, porque ello desvaloriza el trabajo realizado.
La labor de presentar una gala, un acto o un debate no es solo dar un discurso sin más, sino que requiere de preparación, cualificación y mucho trabajo detrás. Desde la investigación previa hasta la coordinación del evento, el periodista pone en juego su conocimiento y su profesionalismo para ofrecer un servicio de calidad. Por ello, es esencial que esta labor se remunere como corresponde, ya que la promoción individual no paga las facturas. Es importante recordar que si un periodista decide realizarlo sin cobrar, es una elección personal que no debe convertirse en una norma generalizada que afecte al futuro de toda la profesión.
Agradecemos sinceramente a aquellas entidades y personas que ya valoran este trabajo de manera justa. En este sentido, tanto la Zona Franca de Cádiz como la Universidad de Cádiz han dado ejemplo con la reciente celebración de Innovazul, contratando a profesionales cualificados como maestros de ceremonias. Este tipo de decisiones no solo demuestran el respeto por la profesión, sino que además aportan un plus de calidad a los actos, lo que debería ser la norma, no la excepción.