La Asociación de la Prensa de Cádiz alerta sobre la proliferación de la propaganda frente a la transparencia en las comparecencias públicas. Los periodistas gaditanos muestran su disconformidad ante las últimas convocatorias en las que solo se ha permitido el acceso a medios gráficos o la práctica de convocar a los medios para vender logros, pero no admitir preguntas sobre otros temas de interés, negándole información de interés público a la ciudadanía. Una práctica que impide el libre ejercicio del periodismo y su labor de contextualización, filtrado, análisis y contraste y que parece que se extiende sobre todo cuando comparecen altos cargos de fuera de la provincia.
La APC exige a los cargos públicos el cese de esta espiral de oscurantismo y que se sometan al escrutinio periodístico. Del mismo modo, la entidad pide a medios y profesionales que no se conviertan en cómplices por admitir estas prácticas y opten por no dar cobertura a los actos en los que no se permita el libre ejercicio de la profesión y a los jefes y editores no enviar a redactores y gráficos a actos de ese tipo.
Hemos asistido en los últimos tiempos a comparecencias de ministros y secretarios de estados sin preguntas o a presentaciones de Navantia o del tranvía a las que no se ha permitido el acceso de redactores, que confirman una generalización de estos malos hábitos.
Las administraciones y partidos políticos han optado por exprimir prácticas comunicativas heredadas de los peores momentos de la pandemia, como son las de celebrar ruedas de prensa en formato telemático o sustituir las comparecencias por envíos de notas de prensa y recursos gráficos seleccionados por los gabinetes de prensa, en las que se anula por completo el papel fiscalizador de los medios. O lo que es peor, otras con una versión oficial que recuerdan más al NODO que a lo que debe ser una sociedad plenamente democrática.
La profesión sufre una profunda crisis, acuciada por los recortes, la inestabilidad laboral y la proliferación de páginas web, con apariencia de medio de comunicación, dedicadas a verter bulos o información sesgada. Ante este desolador escenario, es especialmente sangrante comprobar cómo los representantes públicos ningunean una profesión y una labor fundamental para la democracia. El periodismo minucioso y de calidad es uno de los instrumentos más valioso de control y denuncia de los que dispone la sociedad. La APC seguirá vigilante para que los poderes públicos se sometan al trabajo de fiscalización que garantiza tanto la buena salud democrática, como el derecho a la información veraz que tiene la ciudadanía, recogido en la Constitución.